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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Servilismo

井の中の蛙、大海を知らず
I no naka no kawazu, taikai o shirazu
Una rana en un pozo no puede conocer los mares

Creo que un acto relacionado con la práctica seria de las artes marciales es el cuestionamiento de lo que uno hace: ¿Por qué? ¿Para qué? Esto debería ir estrechamente ligado al tiempo de práctica, puesto que cuanto mas repetimos algo, más necesidad de preguntar y comprender deberíamos tener.

Pero este cuestionamiento ha de ser tanto en el aspecto técnico como en el aspecto ético de todos los miembros del Dojo.

Cuando pertenecemos a un Dojo, lo lógico es que nuestros sempais y senseis nos ayuden a desarrollarnos ética y técnicamente con su ejemplo dentro del grupo del Dojo.

Ah!... El Grupo.

Maslow en su jerarquía de las necesidades humanas establece en el tercer nivel las necesidades sociales donde incluye la aceptación social y la participación grupal.

La práctica de las artes marciales encajaría en este nivel. El estudiante, como ser humano que es, siente la necesidad natural de relacionarse, integrarse en una comunidad (el dojo) donde encontrar amistad, compañerismo, afecto y amor.

Pertenecer a un grupo con el que nos identificamos y que hemos elegido nos ayuda a desarrollarnos como personas ya que satisface nuestra necesidad de pertenencia a un grupo, refuerza nuestra autoestima y confianza y nos permite expresarnos. La exclusión, por el contrario, mina nuestro bienestar, provocando frustración, ansia, baja autoestima e incluso depresión. Esto puede derivar en una actitud de indiferencia y falta de compromiso. Esto es diferente a la soledad buscada y elegida libremente, que nos ofrece la posibilidad del descubrimiento de uno mismo, mediante la reflexión personal y la concienciación de nuestro lugar en nuestras redes sociales-familiares.

Como última de las necesidades básicas, previa a la autorrealización, viene la necesidad de prestigio o estima, que incluye el respeto a uno mismo y a los demás, la independencia y el reconocimiento social. Esto es, idealmente el grado que se posee.

La autorrealización conlleva al discernimiento de la realidad, a diferenciar lo falso de lo real, a basar las relaciones en base a experiencias y juicios propios, a no ser susceptibles a la presión social y a ser un poco inconformista. Esta es la actitud que todo estudiante debería tener y la que todo maestro debería fomentar, siendo muchas veces culpable de que esto suceda, o no. Esto tiene una importancia máxima cuando se enseña a niños y a adolescentes, que son más influenciables y a los que se sirve de modelo a imitar, se quiera o no.

Sucede por el contrario, y por desgracia, en múltiples ocasiones, que en lugar de ayudar al estudiante a convertirlo en un artista marcial (persona) critico se fomenta el servilismo, la subyugación al grupo (y sobre todo al maestro) y con rendiciones de pleitesía que nunca aceptaríamos en otro entorno social

“La ignorancia de las masas es la principal fuerza de los gobernantes”.
Carlos Malato

Una causa de esto es el ego del maestro (y algunos sempais) que anula a toda costa aquello que pueda hacer tambalear su ficticia cuota de poder, sólo existente dentro de ese grupo. Martilleará al inconformista incómodo hasta que este se amolde a su visión o hasta que abandone el grupo por ser un díscolo.

出る杭は打たれる
Deru kui wa utareru
El clavo que sobresale recibirá el martillazo.

¿En qué se refleja todo esto?

En la anulación de la independencia del individuo. No opina, no decide, no piensa. Obedece.

“Por la rebeldía contra el dogma, el creyente se hizo pensador; por la rebeldía contra la autoridad, el ciudadano acabará por hacerse hombre”.
Carlos Malato

Pero el servilismo lleva asociado otro ismo igual de peligroso: Sectarismo Fanático. El servil se sabe miembro de un grupo, de una parcialidad ideológica diferente e independizada de otros, y defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento ciego creencias u opiniones de otros. Se siente fuerte en el grupo y se apropia de las ideas que le han inculcado como propias, convirtiéndose en un talibán marcial.

El servil deja de ir a practicar con otros grupos por intrigas, ofensas y malestares (entre los grupos) que ha heredado, pero que desconoce cómo nacieron, cuáles fueron las causas y porqué persisten. Ir a practicar con otro maestro es recibido como una ofensa por el grupo: ¿Qué te va a enseñar ese que no te pueda enseñar el nuestro? ¿Por qué prefieres a ese, que es un [cualquier insulto]?

El servil no cuestiona ninguna actividad o acción de su grupo, porque el suyo es el masmejormegaguay, y como tal, imposible de estar errado. Son los foráneos los que tienen el problema con el grupo. El grupo es una víctima inocente del ego ajeno que envidia con rencor toda actividad del grupo. El servil nunca ha visto esto, pero para eso está el maestro y los sempais: para mostrarle la verdad (sesgada del grupo).

El servil no discrepa nunca del maestro, porque este posee una inteligencia suprema e infalible, prácticamente es un semidios, y siempre hará lo que este le diga (opiniones, votaciones, acciones pseudo políticas…), porque lo contrario es ir en contra de él, del grupo, casi una declaración de guerra, y por tanto significa ser el clavo que sobresale y que conlleva un riesgo de exclusión. El servil olvida que el maestro es ante todo humano, y como tal, susceptible de errar. Lo considera incuestionable. Propaga todo lo aprendido, este equivocado o no, porque el maestro así lo enseñó. Relega el uso del cerebro a un segundo plano porque indagar, preguntar y querer saber más es un acto de falta de fe.

El servil considera un sacrilegio o herejía cualquier duda sobre su maestro, escuela o estilo, y cual inquisidor del medievo lanza ataques desesperados, disparatados y carentes de argumentos intentando mostrar la perfección de lo propio a base del intento de destrucción sistemático del otro.

El servil nunca aprenderá afuera aquello que el maestro no le quiera enseñar, porque nadie velará por él como el maestro (que todo lo sabe y todo lo ve). Aún cuando el practicante crea firmemente que el maestro está errado, cambiará su opinión para seguir arropado por el grupo, sin hacerse notar, y continuar en un engranaje que le permita algún día tener una cuota de poder irreal.

El servil percibe cualquier crítica u opinión discordante con su maestro como un insulto personal, sin parar a preguntarse si es justificada o no. Es un atentado contra el maestro, y por tanto contra el grupo, y exige derramar sangre para recuperar el honor mancillado. No piensa que el ego (y rencores pasados) del maestro pueda nublar su imparcial y justo juicio, arrastrando al grupo con él, haciéndole entender sólo una parte sesgada de un todo.

A los líderes de los grupos les interesa mantener a los practicantes en este estado de servilismo para poder satisfacer su inmenso ego creciente y para tener una ascendencia y falso poder sobre el mismo.

"La mejor arma del diablo es la ignorancia, el hacer pensar que no existe".

Muchos practicantes, herederos de la tradición religiosa judeo-cristiana, tienen esta frase como axioma de vida, ya que todos ven el servilismo en otros grupos, saben que lo hay (habelas hainas), pero resulta que ninguno lo padece. Algo muy curioso.

El servilismo desmedido que hay en varios grupos marciales es mentalmente insalubre e impide percibir el mundo marcial como es: un mundo heterogéneo de propuestas e ideas diferentes.

La investigación cruzada debería ser una característica fundamental en los tiempos que corren, en los que la comunicación puede ser muy fácil y fluida.

Me gustaría indicar una obviedad para muchos, pero una falacia para otros. La intención de preguntar no es cuestionar ni dejar en evidencia, sino la de resolver una duda existente. Es responsabilidad exclusiva del receptor de la pregunta no listen the ask y entender lo que quiera, y con ello iniciar las batallas que desee arrastrando a sus tropas consigo.

El servilismo tiene una cura fácil, que sólo requiere la voluntad de curarse:

Practicar con otros grupos, maestros y estilos con una relativa continuidad. Entender las diferencias mecánicas de estos grupos y sus causas, donde los lazos interpersonales son menores y les resultará más difícil cegarnos.

Preguntar siempre. Nunca quedar con la duda. Si la respuesta no existe, no nos satisface o no la entendemos, buscar y preguntar donde nos sea posible para mejorar nuestra compresión y conocimiento. Puede ser muy interesante preguntar lo mismo a personas diferentes para aprender a percibir las diferencias idiosincrásicas en las respuestas.

Abrir los ojos y la mente. Dejar de considerar lo nuestro como lo mejor porque sí. Recordar que la mayoría hemos empezado en la práctica en el dojo más próximo, no por un sesudo análisis dafológicos de la enseñanza, el estilo o el maestro.

Hemos de entender que nuestro grupo esta compuesto por personas con características fisiológicas, inquietudes, deseos, proyectos y experiencias vitales diferentes, únicamente unidos por una pasión común: El Arte Marcial. Como grupo heterogéneo cada individuo tendrá unas virtudes y defectos, similares o no a los nuestros, con los que hemos de compartir el tiempo de práctica integrados en armonía y tolerancia durante mucho tiempo en pro de un desarrollo marcial y personal.

Esto hemos de extrapolarlo de la relación intragrupal a la intergrupal ya que no existe diferencia alguna. Ya que todos presumimos de que las artes marciales aportan valores positivos que se reflejan en el comportamiento de los practicantes deberíamos aplicar el bifidus system: que lo que notamos por dentro, se vea por fuera, y no guardarlo dentro como si fuera el arca de la alianza.

Me repugna tanto gobernar como ser gobernado; cada hombre debe ser su camino; ni sigo a nadie y no quiero que nadie me siga”.
Biófilo Panclasta (Vicente Lizcano)


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2 comentarios:

  1. Muy bueno, y me alegra enormemente que esté cundiendo la rebelión contra la panda de estafadores, amarillos y blancos, que han dejado las AAMM a la altura del barriobajerismo y el ridículo más lamentables.

    Ánimo y a seguir dando caña

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    1. Cierto Long. Yo creo que es una cruzada que todos debemos emprender y que sólo redundará en nuestro beneficio

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